De mi sangre

Y Plutón seguirá clavando sus uñas en mi garganta.
Venus seguirá perdida, deambulando, sin saber de quién se trata.
Mercurio intercambiará mis lágrimas por otras lágrimas por otras.
Saturno se reía y dirá que no llore.
Neptuno se fundirá en mi llanto.
Marte seguirá oprimido en mi pecho.
Urano asentirá, confundido.
La luna es la única que me abraza.
Lilith no dirá nada, por ahora.
Y el Sol
seguirá oculto
hasta
que asesine tu nombre, brujo.

El tiempo se abre a los enamorados

El tiempo se abre a los enamorados. Les señala los misterios de la rueda que gira. Yo tuve el tiempo en el centro de mi pecho. Él trajo los planetas. Me enseñó a recitar a las divinidades. El Sol, Venus y Mercurio se revelaron en mí, por sus ojos de puma. Bebí ambrosía. Dejé mi piel sobre la tierra roja. Él devoró mi valles. Son profanos los versos que lo maldicen porque profana es la sangre que aún lo extraña.