¿Qué más hay en tu fuego, en tu puñal, en tu serpiente?
¿podés decirme las palabras que disuelvan a mis depredadoras?
¿puedo acostarme sobre tu piel?
quiero purificarme, sé que tu brillo quema
quiero caminar tus surcos y tus cráteres
sé de tus ríos, que solo se revelan a los que volviste locos
ya conozco tus señales, los colmillos crecen
haceme parte de tu vientre oscuro
¿querés parirme y darme la llave?
doncella, madre, anciana
tu protección aleja espíritus vulgares
estás en cada encrucijada y en la entrada de los senderos y las ciudades
invisibles
cerca, los ladridos
estás llegando.