construiste el templo y la guerra
fui habitada por los dioses y profeticé
robaste mi voz
dijiste quién sería mi amado
dijiste que tenía que parir
lloré con la Luna
mientras leías y escribías
yo trataba de entender
mi sabiduría ardió en tu hoguera
en tus muros, sigo siendo sólo belleza
desde entonces no me dejás envejecer
conociste mis manos y las explotaste
negaste mi criterio
ocultaste mi canto
pero mi rugido
ahora es más fuerte que tu historia
y Dios nos forma del mismo barro.