Invitada al fuego y al agua
al pan y al
té alentador
puedo
contar hasta diez
sin miedo
al festejo de los muertos
la emoción caníbal
cuando soy otra
cuando el
suspiro me detecta y me declara
mis
multitudes son astutas cuando quieren
van por los
pasos de la sorpresa
rastreando
lo insólito de mis rodeos
el viejo
aliento helado que ya no me perturba.