Soy una perra que ladra y sí muerde
a la berretada sin pan ni evangelio
con esos modos de invitados rumiantes
conocidos por sus vueltas tibias
con la panza amplia de sobras metálicas
y su carácter de fusil de juguete
y su canción de humanidad destripada
mientras se creen rayos
mientras se creen ellos
soy una perra que ladra y sí muerde.
Obra de José Barbosa Aguayo