escuchando el gemido de mis bestias tatuadas
tus nombres y tus números saben arder
llamas en cada uno de mis costados
juramentos flamantes y aliados hambrientos
la Luna es una moneda brillante consagrada a la intriga
la ciudad duerme mientras tu inocencia habla
alejen a los nenes y a los vulgares
esto no debe verse
sos mi Cristo
sos mi lanza.