No tengas miedo.
Detrás del velo, mis pezones
dátiles dispuestos a tu lengua,
lirios en mi ombligo,
mis piernas son las puertas del Reino,
mi clítoris, la viña
bebé mi vino,
que el Sol y la Luna
entreguen tu sello
en el Jardín que nadie nos arrebató,
hay miel en mi cola
y puedo ser incienso,
envolverte con mis brazos
libres mis manos, curiosas
inyectadas en tu piel
en tu boca, carne de lino blanco.