No me alcanzan los atajos
gritan igual
que yo
tampoco los
colores a mi alrededor
porque la
intuición está invitada
a una
comilona bestial
donde ruidos
y emociones filosas
hogares a
los que no podré volver
desnuda en
el pantano otra vez
que hace
temblar manos y piernas
en su persecución
para afinar huesos
mientras intento
con pistas fugitivas
siendo
detective de mi soledad
en ley
sucia.
Pintura de José Manuel Ballester