Que escuchen tu voz, Jesús
La mía aún duerme en el desierto
Pocos creen en mi evangelio
En el año 5775 nadie me nombra
En el 2014 sigo siendo el traidor
Nadie llamará a su hijo con mi nombre
Que escuchen tu voz, Emmanuel
Que sepan que me amaste
Con la misma religión
Que a la Magdalena
Nos revelaste los misterios del Reino
Me pediste ofrendar la sangre que Isaías profetizó
Dicen: Judas traicionó a dios hecho hombre
En verdad
Judas sirvió al hombre que debía convertirse en dios
Por la noche te besé en la boca
Tus labios temerosos se llenaron de mi tristeza, maestro
Hubiera querido ser tu carne
El látigo y la piedra
La espina y la madera
Aceptaste tu destino, yo acepté el mío
Pero son milenios de oscuridad
Y estoy tan cansado
Cada vez que me pronuncian es la lanza en mi costado
Todavía creen esa historia de las monedas de plata
Vos sabés
El árbol y la soga fueron el precio de mi amor
¿Cómo vivir sin mi hermano?
Tan humano como yo
Besame vos ahora, Jesús
Cubrime de mirra, incienso y oro
Militá por mi memoria
Dame justicia
Haceme pan y haceme vino
Que yo también
Soy cordero y sacrificio.
