Atornillado por cartones
en un carruaje con caparazón de bolsa y fierro
como una hormiga creada por dioses sin ojos
dirección más que la tierra santificada
de cada supermercado
al auxilio, a la urgencia, de novedades
cajas de cartón
la espalda se encorva presumida por el carro
el peso es conquistador, arrogante
y va despacio inhalando humo de autos
en una ciudad que tiene dientes al dente
para negar lo que le conviene
y morder cuando calzamos en su lista negra.
Obra encontrada en Behance