Bienvenidos

Jockeys, bienvenidos

arquitectos de ciudades con ojos cuadrados,

bienvenidos

por 

sus monedas de chocolate, sus relojes parlantes, sus engranajes -de cemento de contacto-, sus puentes inalámbricos, sus pasadizos de pantano,

alguien 

está 

muriendo

alguien es una palabra etérea

es que no alcanzo a ver tantas caras, hocicos, hojas

ni yo misma puedo darme cuenta de qué estoy muriendo

ahora

quizá por miedo a sus ciudades

y ustedes 

bailarán en misa negra

con un escritorio en vez de altar

siendo tan sólo señoritos ilusionistas,

quizá estoy muriendo al mirarlos en mi espejo

tratados para discriminar 

mis piernas y mis manos de sus bocas llagadas.



Obra de Igor Morski