Huyendo de mi latido masticado
por un chico de pecho rancio,
pues los muertos con ropa saben negar
llevan anillos, fotografías, espejismos,
y ahora tengo la furia y el veneno y el hocico
andaremos juntos sobre la ley de la más frágil
pero de la lengua ápatica y chillona
manos herméticas, crueles
-nadie puede negarse a sí mismo, chico-
encontrarás
a mi principiante de novela noir
protagoniza un detective que se apresa a sí mismo
donde ángeles y demonios dan lo mismo
porque de un perfil a otro
la venganza siempre inyecta.
Obra de Magritte.