El tiempo

El tiempo se mueve
se gasta y arrodilla
desde ese lado donde aún
no soy la desnudez
voluntaria sin hechizos
para saltar sobre tus pestañas
arrullar lo obvio
y ser tu otra costilla.




Pestañas

Mi mundo anímico
lleva un péndulo entre sus manos
de correspondencia a mis espejismos
con instantáneas para delirar
cierro y abro los ojos y los cierro
da lo mismo
mis pestañas atormentadas
sacudiéndome fábulas y esperanzas
me alejo de mi hogar
para entrar en la caverna.



Monstruos

Mi soledad 
y sus monstruos 
que se ocultan en el día
y reviven por la noche
hundidos en su propio hocico
negros, pegajosos
con cetro y corona 
un solo ojo
suficiente
para destronarme. 


 

Siento la llaga de mis ancestros

Siento la llaga de mis ancestros
me medico para no tener visiones
los hombres que amé y me amaron
los que no pude
los ocultos
los prohibidos
los ciegos
los de fuego y los de frío
víctima y victimaria
en mi órbita autodestructiva
en mi espiral que busca magia
donde hay ilusionismo
me medico para no tener visiones. 


Eclipse

"La poesía es un arma cargada de futuro", Gabriel Celaya. 

-A Gerardo Vasques-



Urgencias y dramas que no podrá cantar
pues sus monstruos no registran
adentro ni afuera
el disparo se encendió bestial
llaves a ser crucificadas en mi cara
gritos que dan al blanco de mi esqueleto
queriendo el sol no vi el eclipse
clonazepam para temblar menos
ahora
me libero de un cíclope
que hace del mundo un lugar ácido y seco
blanco y burbujeante de dolor. 



Firme

Sus pueblos se hunden en mí
sus salmos y sus misas
no tengo poemas
sólo su frecuencia radiactiva
que se antepone y me dispara
masticando mis satélites
abriendo copas con filo. 

Firme soy al fuego de tu basto.




Mi tragedia

Mi tragedia es como un as
de oro fundido en espada
visiones para temblar
pero
rugiendo
me alejo de sus ovejas.


Mr. Giraland

Vieron tu corazón entre espadas
veo tu boca atómica de fábulas
una memoria que ya no es más memoria
por la noche blanca donde comer
humano, perdiste la ternura 
los ojos de la luna me traen espejismos.  


 


Lluvia y frío

La lluvia a espada
el frío a basto
sin más copa ni oro
más que la amargura
un humano vestido de animal
se desnuda y se revela
un hombre listo a crueldad
a mi emperatriz invertida
por causa sin restricción.

Sin dignidad, camino otra vez,
sobre el camino amarillo. 



No puedo negarme a mi misma

No puedo negarme a mí misma
no puedo darte otra más que yo
mi escándalo de cuarzo de amatista
mi tiempo sin pretérito y mi espacio silencioso
a través de tus ojos verdes
se rehúsa la locura
a atraparme nuevamente. 


No es mía la gravedad ni el tiempo

No es mía la gravedad ni el tiempo
rodeando la torre
cuyo péndulo no escapa
a contradicciones
ni delirios místicos
con vino en odre nuevo
y pan en la misa de pueblos olvidados
puedo ser tan rara, nene
un ballet de cisnes negros
una religión escondida
en fuegos y naipes.


Desde un silencio sin pulso

Desde un silencio sin pulso
con entrada libre y gratuita
hacia lo que deliro y lo que soy
ni amigo ni partidario ni vecino
creyente de lenguas de plomo mentiroso,
mientras
los criminales vinieron hacia mí. 



Trinchera

Por si te veía
en la trinchera de cristal
mientras
sobre mi territorio
un templo con la boca seca
sin oráculos ni ceremonias
tres veces tu nombre
el mío se borra
el mío se niega. 


Baba caliente

En mi impulso
en su contradicción
monstruo de baba caliente
caminando en zancos
sobre muelles y atajos
estoy desvestida
como recién despierta a la ironía
a algún punto que no me define
pero me ata.




Sábado

Sábado de orquesta atolondrada
con el tiempo desnudo
con las ganas huérfanas
allanada por una voz
que no puedo escuchar
por una letra
que no puedo descifrar
intentando
claves para amanecer
claves para anochecer
claves para la locura y el ingenio. 



Cisne

Bocas desarmadas por dados
en una aventura desquiciada
sobre la piel de unicornios
donde la buena estrella siempre mira
con fertilidad de Luna nueva
para los que fuimos
entre naves y cisnes negros
entre salmos y proverbios
con una cinta sobre la visión
para negar espíritus y objetos.    


Domingo

Domingo de Quetiapina
diseños que no van hacia ningún lado
dormir por dormir
dormir para vestir 
crueldades de calibre agudo
mi soledad lleva una amatista entre las piernas
verdad con carácter de urgencia
esqueleto a saldo. 




Persistente

En la cárcel persistente
de unos ojos marrones
lecciones para enloquecer
dar por siempre dar
heroínas con forma de cobra
me levanto solamente
mientras espero instantáneas
que el virus gatilló.


Detectives

No permitís la noche
ahí donde no tengo piel
sólo quedan
detectives y fantasmas
lluvia con violencia de máscaras
correos donde
la Ginebra y la ternura
sin callejón ni fuga. 





Con su agenda

Con su agenda de juguetes blancos
con su imposible gastado en dedos de fierro
con mi falta de discernimiento
con mis piernas que llaman la atención y la paciencia
es
tan
breve como Chernóbil
tan
suave como una aguja.  


Azar de Luna creciente

La dificultad
en las mujeres que me habitan
pues aún conservo el talento
de dislocar vínculos
para luego,
llorar en mi niñez
arrepentirme como el invierno
gastarme en imágenes ansiosas. 


Mi cetro

Sobre maldiciones y fantasmas
mientras mi nivel se escapa
subo y bajo la roca de mis palabras
furias que siguen caminando
imágenes con estilo de cisne y espada
que luego se evaporan
para anunciar la muerte de mi cetro.  


Pastillas en la cama

Los disparos van hacia la misma calle
donde me inyecto hechizos y amuletos
tragedia en péndulos que saben hablar
mis ríos se disuelven
entre mortales cubiertos de roca
tengo firmeza en mis contratos
sólo pueden hundirme los recuerdos
sólo pueden hundirme las promesas.