Nadando con ánimos de poca simpatía
el dolor más profundo no tiene sonidos
sino escarcha y caída
“pone voluntad” es la frase de los torpes
porque en la marea
también naufragan las semillas
necesito que la Madre Tierra me contagie
con roca, árbol, yaguareté
para dejar la peste de ficciones
donde el extra siempre es el oprimido
y la ciudad coqueta con sus Día D.
Seré humana cuando estaqueé mi memoria
porque apretaste piel y sangre
sin saber del vagón impulsivo
que nos esperaba sobre el agua
entre abecedarios y licores y cigarros
cerca de la Isla de los inmortales
y diste justo en mi mentón
para tallar mi crimen blanco
necesario para tu verano
que deletreas igual que invierno
son demasiados tus telones
y yo
soy una sola para mirarlos uno a uno.
Tú pájaro se graba en tu cuello
-desconocido-
peregrino por geografías leales a la Madre Tierra
donde resisten los seres del enigma y el juramento
sé de la boca de esa noche porfiada de estrellas
pero en mi lamento citadino los colmillos se me pierden
son las baldosas rumiantes que esclavizan
mi pájaro se graba en mi espalda
con su guerrilla y su ternura picantes
poseídas por el dolor sin nombre ni etimología
mi torre devota sonríe y agradece cada suicidio
no busca nada más que masticar ejércitos congestionados
-dentro y fuera de mí-
cuyas lenguas nos inducen a la Cosa
bellos los que saben del Reino sin haberlo visto
valientes los que saben del infierno porque lo vieron.
Mis cigarros frecuentan el futuro
en estilos de isla perdida de mi cuerpo
dame tu verano distraído
seamos sinvergüenzas, invencibles
bailemos sobre aguas despabiladas
sigamos esa ruta hasta el final de las pistas
día y noche custodian la jornada loca
asumiendo diamantes de tu geometría
festival para mirar de frente, sin moscardones
un infarto breve para provocar a los ladrones
con la mordida de la resistencia y el delirio
exquisitos los credos que resumen la belleza
y el misterio que se ve blanco y movedizo
desde acá.
Nos hundimos en pretérito
con el cortocircuito infiltrado
yo viviré como siempre
con la trama partida en dos
la boca caminando hacia atrás
destapando insomnios
cigarros y un portaligas huérfano
mi pulso esclavizado por tu ritmo
aunque será breve, aunque será eterno.
Puse mi cara debajo de la cama
empeñé mi presente y descubrí al monstruo
en su espejo, monedas de plomo
sin pretensión de agua despejada
con la habitación en mis manos temblorosas
tic tac, tic tac
tic tac, tic tac
despierto con alambre y hojas desenfrenadas
tic tac, tic tac
confirmo mi Derecho de ser yo misma
una adivinanza en tu mundo delgado.
Todas las caras y todas mis muertes
ya no te pertenecen ni te confirman
disparé naipes, paciencia, tiempo
en tácticas que nunca dieron tregua
pero las perlas dejan de ser bijou en mi cama
porque el baile de los vivos me reclama
sin cabañas del terror ni motosierras
sin máscaras que se iluminan por la noche
los fotogramas son de la película
del actor infectado de transpiración
que sólo sabe su guión de oferta.
Sos el sube-baja de mis delicias
una Sombra fría asumida con mayúscula
anclado a tu ropa y tus fotografías
lográs la conmoción de mi fruta
el alquiler de candados y vendas
y tu ausencia se amortigua
en el festejo de un telar rojo
pronto a primera línea
con los dioses que ahora dicen:
bienvenida
disparo experto en calor
temperatura máxima 30°.
Está nublado en mi inquietud felina
es la conmoción de esas falanges médicas
su diagnóstico y cóctel intravenoso
-resultados torpes y angurrientos-
pero mi Fe
de Espíritus parlantes, abiertos, generosos
mientras ruge el Yaguareté que me habita
y acepto el ciclo de marea trastornada
a pesar de los fotogramas de hospital
en el film de la semilla aturdida entre las rocas,
tengo el tajo en los pies
tengo las parábolas secretas.
Saboteando mi elegancia y compostura
con la inclemencia sonando a todo volumen
porque el frío es mejor aprendiz que yo
y custodiar este silencio no es tarea simple
en la niebla él no tiene figura
es un recuerdo resbaladizo
que me inyecto los domingos
cuando mi cuerpo se prohíbe.
Cada quien tiene su monstruo elegido
la geometría de su mochila de viaje
la cantidad de escenas de su propia Pasión.
Aún veo el vals en tus ojos
como un símbolo reacio a abrirse
te ofrezco mi grito naciente
la buena estrella de mis ancestros
mi callejón donde nadie opinará
está debajo de la tierra
donde mis raíces narran destino
y caídas
círculos que se muerden entre sí
con la boca agridulce
a veces sangran.
De perfil a perfil, de costado a costado
siesta para apagar a esos jueces y jinetes
estoy en la cama con el cangrejo y la melancolía
sentencias para ser la misma este sábado
sintiendo que el tiempo y la soledad son chantajistas
con gatillos que son solamente míos
piernas que no pueden entenderse para despertar
Fukushima enroscada en mis manos y en mis pies
la misma caravana de fantasmas desnudos
y perlas de bijou entre las sábanas.
A un paso del río del olvido
que se entromete con esta voluntad de flores
y nombra
la historia subterránea y de luto
el futuro de inyección metálica
por su piel desprendida de mis sentidos
cuando los dioses se burlaban del espaciotiempo
y la vida era mercurio, fuego, verdad, crimen
ahora me arrastro temerosa por mi legado
sin saber cuál es, exactamente
con el agua hasta la cintura.
Veo rojo
veo negro
veo gris
porque convulsionaste sobre mi cuerpo
para doblarte en pedazos
como un papel tonto
siendo esa hoja reduciéndose hasta lo incorpóreo
creyendo que eso era suficiente
para que no te afirme en sueño y en vigilia
pero soy tu médium
te siento, sobre todo, en las encrucijadas
cuando se abren las rutas y mi ansiedad pegajosa.
Médium Eva Carriere
De pie sobre la muralla hambrienta
buscando mis puntos cardinales
con la muerte en una costilla
y el coraje en la otra
para agotar la melancolía
parir lava junto a volcanes anónimos
terminar con mis manos que se comen a sí mismas
-identidad forjada a fuego y agua-
con la piel para emanciparme
de vampiros capitales, imperiales
cosas fundiéndose en su propio aceite
caníbales que pierden la memoria.
Voy buscando mis puntos cardinales.
Drenaste tiempo-gatillo
masticaste fuerte mi piel
y seguiste
como Inteligencia Artificial
en vez de rugir
en vez de patear
¡en vez de besarme!
ahora mi cabeza es una jauría
donde das vueltas y saltos y más trucos
abrís y cerrás las cortinas
te reís de mi procesión a rodillas
y este espiral.
Las liturgias berretas para ser otros
cosas, no muertos, olvidadizos
sé de los telones que se alimentan de psicofármacos
sé del neón de sus prospectos
si intento ser yo misma por completo
sería delirio
o
sería ausencia
-así lo dijo el psiquiatra-
pero sigo buscando el Santo Grial y a los profetas
y me ahorro la amargura en Tomás y Magdalena
en mi Jesús
en mis crímenes solares
y mi exilio de la trinchera
encuentro rompecabezas desatados
para el bien de mis preguntas
gravitando entre chubascos y basura.
No diré lo que Dios ve de mí
ni lo que veo de Él
sólo de los mil ojos grotescos
multinacionales
chasqueando los dedos
enviándonos
hacia el sótano de la desigualdad.
Carnaval eléctrico, procesión desnuda
en mis manos no hay confusión
no rendiremos cuentas a nadie
desde mis venas se oyen las gracias
apuesto por humanos y por bestias
los lunares de mi espalda hablan
de cuando besé al dragón y no al héroe
y la cátedra de mi cuerpo enseña
el vino de la misa sin sacrificios.
Cada esquina es un atentado
sin humo pero con puntería
la Justicia me mira a los ojos
el tiempo intenta quemar los tatuajes
y los silencios como un submarino perdido
y los silencios como un taxi siempre ocupado
por pasajeras que no se parecen a mí.
Intercambio libros de autoayuda por Marx
entonces
veo a los Vampiros coloniales
drenando a sus madrugadores,
y pienso
a la gente le pasan cosas buenas, cosas malas
un hambriento no lo es porque quiere
sino porque otros lo quieren por él
yo sé quién soy mientras escribo
la pésima aprendiz en rutas de magos baratos
de aliento sin contexto ni clase turista ni pueblos originarios.
Las píldoras del pájaro
porque el dolor es inevitable
porque la vida es inevitable
hiriente, pesada, poética, bella
somos personajes de lo indefinible
la obra de teatro cíclica y pasional
amenazada, a veces, por la cobardía
entonces
callados frente al tiempo
desayunamos lo cotidiano y lo muerto
en vísperas de profundos verdes
que tan sólo se leerán en libros
o se verán en la tv o en youtube.
La intensidad es una elección.
Problemática me muevo entre balcones
que miran la ciudad sin curiosidad
tengo el aliento de una cebra con alas
la erupción de mis emociones delirantes
poco me importa sonreír cuando duele
no soy lo que atraigo sino lo que construyo
y lo que destruyo de mí misma
en el intento de una mejor versión
así sea en la niebla tanteando el suelo.
