Luna

Galáctica, sideral, brillante 
hermana trovadora
que renaces cada tanto
y lentamente mueres
emocional
rápida
caminás por los signos
y un perro y un lobo te invocan
un cangrejo saldrá del agua en mi camino
iluminado por tu piel
vos, que salís atada por la noche
y sembrás la locura en las mujeres 
y los hombres
intuición
vos
ancestral
femenina
grande en tu gesto de mostrarte a todos.







Carta 18, La Luna

“Vamos a mecernos 
bajo la luz de la luna, esta solemne luz de luna”.
-David Bowie-

Virgen María la llaman los cristianos. Coyolxauhqui la llamaban los aztecas. Los griegos le dicen Selene. Nosotras la llamamos Hécate. Un perro y un lobo le aúllan. Más allá las dos torres, como límite del mundo material. Estoy entrando en el sueño. Desde el estanque, un cangrejo viene hacia mí, al camino iluminado por la piel de la Luna. Luminaria receptiva. Poética y salvaje. Fecunda y nutricia. El cangrejo hace referencia al signo de Cáncer, regido por la dama, también sugiere el inconsciente. Gotas van hacia ella. Como la luz del Padre Sol. Luz que recibe y refleja en rayos rectos. Pero su luz es fría, a veces peligrosa. En la noche todo se ve diferente. Sólo Nicodemo, quien no sabía cómo nacer de nuevo, fue a ver a Jesús en la oscuridad. Camino hacia el estanque, recuerdo que en Génesis “el Espíritu de Dios se movía entre las aguas”, es mi cara la que veo reflejada cuando observo el agua y es mi cara reflejada cuando observo la Luna. Mis temores. Mi confusión. También mi ciclo y su semejanza. Mareas que suben y bajan. Crecimiento de rosas y de gatos negros. Es su fuerza de gravedad. Su influjo. Sus surcos y cráteres. Movimientos y fases. Ante mí la Luna llena y su magia. Bestias en comunión. Párpados bendecidos con plata. Trovadores y videntes. Lunáticos y soñadores. Acuario es el signo vinculado a la Luna. 18 es el número del camino de los sentidos internos. Si me adentro en ella, me adentro en mí misma. La luz, reflejo del alma, llega codificada. Y la Luna sabe ocultar intensiones, enemigos, maleficios. Pero no ahora, mi Luna noble, grande en tu gesto de mostrarse a todos. Estoy despierta en el sueño. Sensible. El cangrejo no puede herirme. Ni el pasado y su nostalgia. Siento el calor que se parece al hogar. Mi emoción es incapaz de arrasarme. Puedo Ver. Siento mis ovarios, mi sagrada feminidad. Madre, me estoy pariendo.  



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Estoy conmocionada. La guerra civil española me atrapó hace poco. Porque la entendí hace poco, porque la siento ahora. No me sorprende que mucha gente no sepa que ocurrió por allá entonces. No es fácil resumir años de lucha, resistencia, heroísmo y muerte. Ojala bastara con decir: hubo una vez un pueblo, cuyos obreros y campesinos, intelectuales y artistas dijeron basta, aquí la tierra se comparte, la educación es para todos, la fe de cada uno; entonces aparecieron los otros, los que decían: viva la propiedad privada, Cristo rey en la opulencia, viva la patria de orden. Los primeros eran los republicanos, los segundos los fascistas. La tierra era una sola: España. Los sueños eran muchos. Hombres y mujeres salieron a pelear por La República. Se formaron las milicias, las brigadas internacionales. Fue el pueblo contra el fascismo, pueblo con el brazo en alto y el puño cerrado. Fue el bombardeo de Guernica, fue la masacre de la carretera Málaga-Almería, fueron las bombas en Sevilla. Pero fue también la valentía de todos los que sabían que ahí se estaba jugando el mañana. Un mañana fracturado por la victoria de Franco, que nos dejó sin saber qué hubiera pasado con España, qué hubiera pasado con Europa, qué hubiera pasado con el mundo si los obreros, los campesinos, las amas de casa, los intelectuales y los artistas hubieran ganado. Probablemente no estaría escribiendo esto. Quizá viviría en un mundo de iguales, sin hambre, sin guerra, con oportunidades para todos. Pero me toca esto, mientras busco en el periódico trabajo, y pienso a cada rato que linda miliciana hubiera sido.


Monòlogo después de ir al psiquiatra

Sentí amor
las casualidades me invitaron
a bailar con las estrellas
la luna me habló
también el sol
el pájaro me encontró su compañera
la tierra me pidió que escribiese un libro,
ahora me dicen que eso se llama manía
porque soy bipolar
en un mundo que enseña buenos y malos, éxito y fracaso
en ese mundo yo soy la bipolar.

La tristeza es tan legítima como la alegria
mis ganas de morir son el precio de estar viva
duele vivir como seguramente duele un viento violento a la flor,
y dicen: tenés que ser adulta
tenés que ser el lugar donde trabajás, los objetos que acumulás, las palmadas que recibís
en ese mundo yo soy la bipolar.

La existencia no me pide más que ser consciente de que estoy ahora, acá.

Un planeta

Un planeta
que me desgarre el cuerpo con tus dientes
que me haga selva y agua.