La ausencia tiene paladar histérico
son días exagerados
de tabaco y memoria
cuando todas mis versiones
se destilan en tu nombre
con ritmos bestiales
bajo el hechizo de relojes blandos
en horas como años
y años como vidas.
La ausencia tiene paladar histérico
son días exagerados
de tabaco y memoria
cuando todas mis versiones
se destilan en tu nombre
con ritmos bestiales
bajo el hechizo de relojes blandos
en horas como años
y años como vidas.
Supongo que no querés ver en mi espejo
a todas las mujeres que me habitan
podrías enloquecer
pero sentirías la certeza de que Dios existe
en el pájaro, la hormiga, el árbol que amo
en mi camino minado
entre la pólvora y el humo se puede despertar el sol
que alumbre como me estoy pariendo
ni los gigantes pueden con quien elijo ser
y la etimología de mi nombre da respuestas
el día en que nací
mis tatuajes
los ángeles que se presentan y los demonios que vigilan,
siento todas las tristezas del mundo
pero no dejo de rugir.
Se me sientan las muertes sobre mis rodillas
pero no pueden con tu hechizo negro y rojo
a pesar de que mi grito no sé dónde irá ahora
y el caos me construye las piernas de papel
afuera, serán los jinetes y los jueces y vos
prefiero que seas vos y tu ciudad
no tengo miedo de que me veas quebrada
porque tengo panes aún
mi fe.
El aliento de jueces en domingo
la soledad, con su típico vestido azúl eléctrico,
tararea para burlarse de la esperanza
no puedo con tanto
quiero
un grito que devuelva la ruta que se fue perdiendo entre la arena
mi ruta
como peregrinos de pulso a nafta
con destino impulsivo y a veces cabrón.
La trinchera hace negocios con mi luto
se agravan los recuerdos
anuncia el trueno las fracturas
mi emoción traba piernas y manos
un hilo negro serpentea y ruge,
pateabas el tablero sin extinguirte
declarabas a los profetas
y delatabas a los no muertos
hacías muecas al trastorno citadino,
en tu Jesucito, hogar de la rebeldía,
aceleraste mi semilla
con tu pulsación hirviente.
Viernes para sabotearme
entre naipes que siempre dijeron
la misma berretada
se aviva el Diablo en mi territorio
su vals mueve circos pesados
donde soy la venda y la negación
pero necesito divertirme, fugarme
para olvidar cuentas con Dios
conquistar lo blanco una vez más
y dejar el pudor entre esas sábanas.
En estas aguas de manos caníbales
no tengo creencias sino oscilación
animal me engarzo a cintas negras
estoy soldada a recuerdos
se abren y cierran
con la alteración picada
de polvo y ceniza y polvo
me destilo en futuros que nunca serán
en inocentes que espero
que hoy me visiten
con una vela blanca
y con su Dios peculiar.
Quisiera tajear el tiempo.
Los oráculos asfixian mi cordura
sienten miedo de la novedad
junto a la prudencia
corren para caer en estampida,
dame una calle donde estés
con el mercurio y la intravenosa
no me dejes en pretérito
como un ritmo medieval
melancólico y sin fe
en la catedral de tus pestañas.
Veo en los ojos grises de las cornisas
la ecuación cerrada del rechazo
me persigno y sigo rondando
en el loop donde yo era la favorita
la asfixia donde se escriben los errores
la fragilidad que aullaba a la pobreza
y ahora me doy en el fuego de mi proclamación
compartiendo flores con la saliva del asombro.
Llegaron mi sentencia y mi verdad atigrada
un pantano donde piedras y moscas electrizadas
responden que el film se quebró la mandíbula
porque en el juicio fue consumida la ternura
y el papel se enmarañó en mi mediodía
y me hice eso
papel
para custodiar la jauría, el temblor, el duelo.
No recuerdo dónde encontré la imagen.
Sobras en la basura de los dioses
mi canción solista de extremidades parásitas
es domingo y un bucle temporal
cuando mi bandera es contradictoria
y voy y vengo desde la melancolía y la rabia
me consume el viento enredado de memoria
pareciera que hoy no tengo hogar para afirmarnos
para confundirnos entre pliegues y símbolos mágicos
y ruedas que desarman el nivel recomendado
porque se hierve, porque se extingue, porque se extraña.
Noche
sábado
se inflaman todos mis pecados
la sumersión no es suficiente
parece
que cualquier letra escapó de los brazos de esta casa
cualquier intento de amabilidad, también
tampoco hay teléfono ni horas ni cártel de fugitivo
sólo mi Fe
seducida por el vodka
el alcohol cicatriza con su juego
a la memoria sinvergüenza
de castillos incompletos
y bufones de papel
que una vez probé sin darme cuenta.
Salvador Dalí
Sin letra a letra
sin sílaba a sílaba
tu silencio protesta desde las paredes
la noche es comida por el fuego
mi papel arde a tu nombre pálido
la vista es impecable, escandalosa
siento la fuerza y la perla negra de mi sombra
la plegaria que desencaja el huracán y mi censura
destripada
aún
tengo voz
para quien tenga boca, oídos y madera.
Sinvergüenzas planeadores sobre el alma
perpetradores de mentiras burlescas
militares imperiales de basura digital
que con palabras o visiones
intentan masticar lo puro y lo genuino
hombres sin viento sin agua
enseñando a arañar brazos y piernas y panzas
engranajes para esos aplausos apocalípticos
evangelizadores para los que
a veces
les tememos
afuera
adentro.
La humanidad es un vidrio quebrado
novedosos nos movemos entre sombras
diversiones para el carnaval insistente
las emociones se persignan
y el piso se transforma en techo
la sed y el hambre se vuelven montaje
de caderas que mucho ganan, nada pierden
en autores audaces
mientras todo flota.
Los ángeles andan sueltos
y los demonios, callados
te doy mi geometría mágica
mis horizontes afinados
un poema y un disparo en falso
las velas y su color vibrante
dame cuerpo para admitir
lo que irrumpe, lo que sana
soy una Andariega enredada
en hechizos que se paran solos
habrá fuego caudillo
ascendente sobre coronas y cruces
que combatirán para la paz, para la guerra
para el tiempo
por círculos que cerraremos juntos.
El péndulo salvaje que me supera
la torre devota que me pretende
esta vez el amor jamás visitó mi esqueleto
a pesar del cetro y la corona
mis luces y mis sombras
no sé cuál de ellas gana por knock out
esta noche
cuando el licor y el cigarro no alcanzan
quiero una bandera blanca
para alquilarme los sueños
desocupar la melancolía
sacarme la ropa y el cruel aprendizaje
y estar desnuda con la piel de cristal.
Un lobo y un perro ladraban
las murallas me miraban
con ojos salvadores
el estanque festejaba el peligro
un cangrejo salió de entre las sombras
con las tenazas desenterradas
y caprichos de mujer distraída
la Luna concentra fantasmas y deshonra
distingue hambre de imágenes pueriles
seguiremos siendo sus hijas
sus amantes.
Converso con mi caída
acostumbrada a la soledad
a sus rutas y callejones sin salida
al fuego extinguido con las perlas
y espero caer escuchando a Los Redondos
con el miedo en la sangre revuelta
y su música, finalmente, para festejar
que hay una red debajo
y no me disolveré este día
ni mañana ni pasado.
Cierro y abro los ojos
da igual, exactamente, igual
mi núcleo apunta a la visión
de aves desesperadas sin pan entre las alas
la desventura tiene muchas sílabas
igual que tribulación
que mi nombre descuidado
con plástico y pegamento y cartón
definido por la fragilidad del hueso
y admitido por la fuerza del hueso
arremolinada comprendo el sinrazón
y me aquieto sobre estas letras.
La sensibilidad se pone en cuclillas
y se siente
como una roca oscura
atravesada
en el centro del miedo
como
desesperación con ojos agudos
donde el
cristal es soledad y monólogo
para dislocarse
en la puerta que no abre
para nombrarse
sin símbolos ni destino
sin naipes
que jueguen a las escondidas
cuando el
truco se cierra y los inquietos arden,
hay un
entierro esta noche
con café y su gusto a nostalgia.
Como una llamada que no se quiere atender
una envoltura de papel malparido
unos brazos que no saben hasta dónde
una idea novata que camina junto al faquir
una suciedad agasajada en un rincón de la cocina
una toalla estéril que servirá para baldosas
una mujer contempla con ojos grandes
hacia adentro
el sol que no podrán robarle.
Conocí algunos hombres robots
no me arrepiento de cada beso
al metal y al remache
ahora mi pulsación es de cisne y jazmín
con la columna vertebral hasta donde llega
como una cajita musical ardiente
que a veces se estremece en recuerdos que invento
mientras lo real asume virtudes
que siempre tuvieron la puerta cerrada
sin embargo, aún puedo bailar con la espiga en la cintura.
Sale en digital desenfocado
la femme con estilo de cebra
la toma se gana y se pierde
los antifaces caen por su propio peso
trasnochado el átomo
pero este film termina con sed y hambre
mientras el tiempo todo lo supo
todo lo calló
hasta mostrarme
un living agrio
una pc burlona
con una mujer desnuda y piernas desesperadas
-para el Director-
ellos encuentran el estallido para mi incomodidad nauseabunda
mejor cerraré los ojos a lo que acabo de ver
y recuperaré mi humanidad.
Soy una perra que ladra y sí muerde
a la berretada sin pan ni evangelio
con esos modos de invitados rumiantes
conocidos por sus vueltas tibias
con la panza amplia de sobras metálicas
y su carácter de fusil de juguete
y su canción de humanidad destripada
mientras se creen rayos
mientras se creen ellos
soy una perra que ladra y sí muerde.
Mi esqueleto no olvida su contrato para mi garganta hundida
que grita sin que nadie la escuche o la oiga
el fusilamiento rodea lo insólito
su orden fue acatada por la soledad
pero tengo amuletos y líneas de las manos
dragones orientales que se esconden en el agua
en mi camino de calibres alborotados, crueles
y detrás de los telones académicos
fui del infierno y fui del paraíso
jamás podrán saberlo
pues pestañeando velozmente
hice pactos gruesos con la muerte
hice pactos gruesos con la vida.
Mis personajes indómitos
empachan territorios fríos y calientes
y voy montando sobre mi fragilidad
burlando las pantallas escotadas de mercado y limón
que roban mi mercurio y mi buen trato
cabronada, algún llanto
para no perder el estilo de mujer cruel ni triste
pero abro mis naipes porque también soy humana
piernas en juego limpio, en juego nuevo
los inquisidores no podrán con mis delicias
pues nadie quemará mis verbos ni mi vientre.
Buster Keaton asume mis resurrecciones
a pesar de tabacos y licores
a pesar de juegos malheridos
en un aplauso juguetón
de mi naturaleza humana y sexual
donde la aspereza se derrocha
cuando los fantasmas
cuando los no muertos
cuando los de lata
mientras el teléfono está apagado.
A paso apretado
en la soledad experta
mientras veo la lluvia flaca
pariendo mi fruta
y los romances circulares
con mis demonios y mis ángeles debajo de la cama
en una fiebre molotov
son circulares con su liturgia ilusionista de compra-venta
intentando regatear lo que soy.
Jamás limpia
de psicofármacos y amores
de recuerdos y blancos
con mi licor y mi cigarro apretados
con pulso de mujer peregrina
mientras investigo a mis ancestros
alguna pista
sabiendo de mis suicidios
mis delirios místicos de paz
aunque el miedo vigile músculos
dicen que la sensibilidad es un derecho
que desgarra
también es mi revolución
a veces, herida, quisiera descansar en un rebaño confortable
sin embargo, nunca aprendí ni aprenderé a ser oveja y limón.
Miro el techo
abro la
petaca de licor
pienso en
la amada y la puta que fui
prohibida como
una semilla entre piedras
equipo para
ficciones
equipo para
lo obvio y ardiente
en un film
surrealista
donde eramos
los villanos,
sé de la
estación donde estás
pero ya no
sé quién sos
en la ruta
nos torcimos
sin ver que
era posible.
El pasado es un bufón condenado, dije
él se entretiene con la canción que naufraga
en los signos que nunca entendió
con esperanzas de rebaño distinto
que rasgaron sus piernas y sus manos
fumando encuentro la patria de los heridos
en la trinchera estás callado
olvidadizo a fuerza de sobrevivir
saltando de colchón en colchón
administrando los interrogantes que aún te persiguen.
Empezás y terminás y empezás en mí
mientras cae la lluvia animal
con un revólver exacto
para las manos del hombre derramado
en palabras tontas y afiladas
que no vio copas ni golpes de suerte
los ojos deslumbrantes y nocturnos
saben que ya no tengo licor ni mercurio
tampoco atajos ni rutas con gemas preciosas
todo parece, a veces, pausado
salvo la memoria
y la soledad que juega con mi humanidad.
Entre tanto me divierto
con una lágrima roja
que baja hasta mi cintura
y la oculto
me desentiendo de corazones rotos
me encastro en piel anónima y fantasmal
y dejo para mañana la resaca y la nostalgia
mientras mi Astrología alerta turbulencias
que nunca sé escuchar
porque aún la fosa comienza y termina conmigo
los sueños tienen una naturaleza lunática
fragmentos de selva lúcida y de cemento invasor
nadie vendrá a evangelizarme
mi espíritu no aceptará condiciones
aunque me arrastre sobre púas
es mi vida, mi miseria, mi ternura.
El suspenso estorba
me admito protagonista
entre puntos suspensivos
a filo de navaja
a licor y tabaco
para ahuyentar finales con sed
pero se trata de un thriller
y su resolución de final de film
aunque ya no me irradien los fantasmas
ni los no muertos
ahora ensayo con los vivos
el acero y el disparo.
Las fichas caen e impulsan
a mis mujeres de lluvia salvaje
mis rutas abren esfinges
mi engranaje consiente la manzana
se de la muerte
se algo de la vida
a pesar de naipes imprecisos
sigo entre dioses impulsivos y drogados
y puedo estar chiflada, cansada, herida
ver la Rueda que gira sobre el agua
porque todo nace, se destruye y vuelve a nacer
como lo hago yo.
Desde este páramo escribo
desde cuerpos que busco
y cuerpos que encuentro
todo tiene gusto a licor amargo
a cordialidades con fugas
y planetas que giran a su antojo
podría decir: salvame
pero no creo en salvadores
a pesar de la soledad gateando hacia mí
el humo radioactivo que deja las ciudades en stop
emergencia de ternuras y guerrillas
que saben que tampoco dormiré esta noche
mi esclavitud es mi torre
rodeada de murallas donde
quién podría entrar y entender
más que el Santo Grial y los locos muertos de hambre
para hablar entre abismos y vino profético
cuando me dirán
si mis naipes se caen o erupcionan.
Se secan las lenguas que no saben dónde ir
feroces y hábiles van habitando voluntades
a manos de los dioses que caen
se elige la ceniza y el polvo
la impresión de liturgias
los salmos y sus autores merqueros
no hay cuerpos que puedan volver para desayunar
quizá
no nos tocamos lo necesario.
No te quedes con la bipolar
no veas el espejo de tu propia locura
ni el fuego inextinguible de la ternura
porque con nuestros hilos dura la carne
las arañas saben tejer lo inconfesable,
tené
miedo de los usuales que te inventan
con sus fusiles que engullen luces y cráneos
y tu revólver babeando sobre las ficciones,
mirando las pantallas de afuera, de siempre
mientras vas de rodillas entre autitos de lata.
No me alcanzan los atajos
gritan igual
que yo
tampoco los
colores a mi alrededor
porque la
intuición está invitada
a una
comilona bestial
donde ruidos
y emociones filosas
hogares a
los que no podré volver
desnuda en
el pantano otra vez
que hace
temblar manos y piernas
en su persecución
para afinar huesos
mientras intento
con pistas fugitivas
siendo
detective de mi soledad
en ley
sucia.
Como una molotov con deuda
sin poder una chispa en tu callejón
estoy internacionalmente pulverizada
y ya no tengo más mecha
y ya no tenés cara ni manos
que se demoren en mi cuerpo
el espacio parece chiquito
el infierno es amplio y original
ahí el pasado es un bucle loco
para recordarme los naipes que me quedaron
inútiles, cliché, arriesgados
mi multitud no los conduce ni los aprueba
yo sí
sí, conseguiré más mecha.
Se secan las lenguas que no saben dónde ir
feroces y hábiles van habitando voluntad
a manos de los dioses que caen
se elige la ceniza y el polvo
la impresión de manifiestos ilusorios
los proverbios en los huesos de la oscuridad
los salmos y sus autores borrachos, merqueros
no hay cuerpos que puedan volver para desayunar
quizá
no nos tocamos lo necesario.
No te quedes con la loca
no veas el espejo de tu locura
ni el fuego inextinguible de la torre devota
porque con hilos dura la carne
las arañas saben tejer lo inconfesable,
tené miedo de los usuales que te inventan
con sus fusiles que engullen luces y cráneos
y tu revólver babeando sobre las ficciones,
mirando las pantallas de siempre
de rodillas entre cajitas de lata.
Buenos aires con su conversación
de soledades que se creen polillas
y son el itinerario hacia mi torre
no hay palabras que traiga este día
la ausencia se come a la ausencia
no tengo dónde ir más que mi cuerpo
tallado en falta y disturbios excesivos
con un pasado del que no me arrepiento
un futuro que cada tanto muestra los dientes
y unos huesos impulsivos en la ciudad.
No se puede soldar el barro con la soledad
seguirá áspera y enseñará su domicilio perfecto
donde mi cuerpo intenta destrabar la ensoñación y la cordura
licores para aguarme el pensamiento y hervir en carne viva
cigarros para ahuyentas a las moscas distraídas
también mi memoria
con una vena inflamada de pasado.
Vi la tierra ondular como el agua
vi mi propia sangre emanciparse definida
mis ovarios juegan con sus chispas lunáticas
profesé mi identidad y la de la Madre
celebré la intensidad que desgasta los huesos,
con el proverbio de los pecadores
y el salmo de los que conquistan sus verdades.
La tierra roja te explora
con los ojos anchos
descubre las torres devotas
con su urgencia y su azar imperdonable
los árboles y las mariposas y las avispas
inflamadas de guerrilla
para no permitir que avance la tala
porque la selva se está volviendo cerro
y con ella, lo amoroso también es talado.
¿Dónde van los yaguaretés y las arañas?
En la boca azul del lobo
caigo
para inventarme nuevos naipes
los reyes de mi baraja anterior
eran invertidos:
a la horca
o la guillotina
mientras yo me voy con ellos
preguntaré otra vez hacia dónde
y contestaré qué tampoco es la pregunta
cada uno de esos muertos murió en mis huesos
y en cada resurrección también fueron ahí
dicen que el barro rojo sana
junto a la caída en la boca azul del lobo.
Invento pensamientos exclusivos
que me acercan a la jauría mental
no sé dónde voy
no sé quién voy siendo
pensé en las líneas de la mano
como rutas posibles de lo que no se sabe ni se dice
la gente de tanta cordura enloquece al mundo
ahora no me interesa
es un espíritu sin ropa
él es un espíritu sin ropa.
Las novedades en el atajo
donde se proyectan mis muertos
esos que dejan la llave lejos de vos
caminan sobre los párpados
y sobre los hombros
porque soy una manía diferente
porque él no tuvo el coraje,
el cigarro y la cerveza negra
no invadieron nuestra frágil patria
el miedo a la muerte y el desorden de la sed, sí.
Sentada en un pesebre de locos
esos que asustan a los no locos
y él no va a poder entrar
porque el horror hace contrato
con su exageración
yo puedo marearme
Ver la tierra roja moverse como agua
creo en
un hombre que pone sus manos en mi cabeza
en su plegaria de 93 años de selva
para que yo deje de templar
para que ya no tome litio
para que siga siendo distinta
tampoco Galilea ni crucifixión
o un poco de ambas
en una dosis educada
sentada en el pesebre de los locos.
Sin voz vino el torbellino
hinchado de fotografías
de mis hombres que fueron herejes
cuando destilaba sangre y humo
la Madre Ve la revelación en mi pecho
el centro donde nadie podrá entrar
mi núcleo virgen
que Ella sacude con su orden
y el intento de esa eternidad pierde su hechizo.
Se trató de clavos y faquires
entre amenazas de vida y jazmín
debería haberte dicho más
debería haberme ido antes
dicen que la oscuridad golpea entre las llamas
para iluminar a los monstruos y fantasmas de siempre
y mordí casi todos lo espejos
con la boca infectada de jaurías y bandadas
para tener la fuerza del verano
y extinguirme los recuerdos.
Ni en la fama y el carácter de la selva
se olvida el film
somos la cruz de madera y la corona de jazmines
tenemos las manos bostezando fotogramas
pero las rocas son suaves, confiadas
y las Ruedas son nuestras.
Y seremos nadie y seremos todo al mismo tiempo
y sacudiremos la peste de los mil ojos cuadrados de la ciudad
esos que nos traen pantallas de radiación mimosa
para ser lo que tenemos y tener para ser.
No soy una psycho
El rayo de esas tormentas
son mi encendedor
y en la oscuridad
veo a tus criaturas
defensivas de la vida
y de la muerte
ya no puedo emocionarme
ya no quiero sacrificarme por vos
porque puedo reptar sobre lo nuclear
sin perder lo bondadoso ni lo desafiante.
Los árboles trepan al sol sin quemarse
una historia se abre junto a la raíz y el hongo
el agua es culpable de plantas y rocas poseídas
flores como mesas religiosas en porción inédita
la tierra roja, una intravenosa de cerros poblados
hablan, quizá, desvergonzadas las chicharras
mi vestido gatea por el calor de los águilas
y la vibración
siendo víctima de los colores y las mariposas
de perros y gatos que abren y cierran y abren las puertas.
El Yaguareté todavía es una oscuridad alentadora
dulce para devorar mi multitud de estanque citadino.
Invitada al fuego y al agua
al pan y al
té alentador
puedo
contar hasta diez
sin miedo
al festejo de los muertos
la emoción caníbal
cuando soy otra
cuando el
suspiro me detecta y me declara
mis
multitudes son astutas cuando quieren
van por los
pasos de la sorpresa
rastreando
lo insólito de mis rodeos
el viejo
aliento helado que ya no me perturba.
Mascando hojas de Coca
provocada para la expulsión
con mis palabras elegantes
sobre gestos negados
mi visión cruel y advertida
entre rayuelas y escondidas
donde siempre me desordeno
mis fenómenos exhalan conversaciones
el amor es un sentimiento que ya no tiene
base ni estructura,
porque mis horas son ruedas
y los giros, posesiones sin cura.
Mascando hojas de Coca.
Con grilletes de cobre venusino
en la caverna nauseabunda y suicida
la sombra del mismo hombre me perfora
camino como un perro intentando morderse la cola
soy un harapo empleado por una falta rabiosa
pertenezco a un día y una noche que no alcanzo
las arañas hacen acuerdo con mis recuerdos
para bestialidad de copas espantadas
con la desilusión pintada de licor y vueltas subterráneas
la eternidad como hechizo y desgarro musculosos.
En la hora prohibida, intrusa y tonta
una reina invertida está pariendo fugitivos
que no se animan a la hoguera ni al poema
porque están comiendo su propia mierda
vuelan, a veces, como buitres de panza cuadrada
y mastican todo lo que sueña y desafía
sigilosos insisten en alquileres donde
-como herederos de la Cosa- cobran la renta
excitando, ranciamente, privación y basura
con respuestas que gatillan la belleza
quizá
es la sátira de quienes no saben qué decir.