Mi mundo anímico y yo
no nos
ponemos de acuerdo
seduce con
trastornos químicos
y me exhala
sin piel
mientras su
multitud conmemora
antiguos
saltos
brazos sin fe
piernas que
se comen a sí mismas
y toco
puerta por puerta
Mi mundo anímico y yo
no nos
ponemos de acuerdo
seduce con
trastornos químicos
y me exhala
sin piel
mientras su
multitud conmemora
antiguos
saltos
brazos sin fe
piernas que
se comen a sí mismas
y toco
puerta por puerta
Equilibrista para un partidario sin espejos
versiones de él que saben hacer cortesías
para felicitarme hacia los cuatro puntos cardinales
y digo cortesías
no digo tacto ni besos
son siete acantilados sobre la cuerda.
El poema del vértigo
de la generación pariendo mansedumbre
pastores y bufones
méndigos y reyes
entrañas malvenidas
y un armazón encendido
para corromper esta boca derramada
quiero irme con los locos y el Santo Grial
con la virtud cautiva en el asedio
y seré la puta y la santa
la delirante y el destino generoso y de serpientes.
Nombres mágicos
desnudos
que clavan
en delirios de horizonte
que aprende a gatillar
espejos soldados entre sí
en el amor
el impulso y la cordura muda
poesía de andariega con ojos frutales
me descubro inocente
me descubro culpable.
Que las barcas se hundan o se quemen
que el loco confíe y camine sobre el agua
que las piernas se disloquen
y los brazos se disuelvan
que el espacio sea más espacio
y el tiempo más tiempo
con las ganas como piedra de impulso
porque el recuerdo
es un bufón condenado.