Apretando cisnes y lobos
nuestra boca está madura
estamos a un paso del encendedor
no tenemos sociedad ni obispado
sólo nafta
masticamos demasiada yerba rancia
patriarcados como imperios en sillitas de papel
muertos como libros polvorientos que nadie quiere leer
nos prohibieron todo
elegir a quién amar
cómo
dónde
pero ahora vamos apretando cisnes y lobos
a un paso del encendedor.
Y mis caprichos
mi saldo de romance saturado
en la caverna de sentidos infantiles
con esa cuerda que parece tener vida propia
sin que nadie tire de ella
serpentea sobre mi ánimo
mi conducta de víctima-victimaria
maldecida
por un hechizo negro e inamovible
quizá inolvidable también.
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Sensibilidad lesionada por el impacto
de los jueces, los jinetes, los avaros
los globos y las piñatas mimosas
las pantallas que anuncian turbulencia
los espejos en los que creí verme
y el dolor que tengo ahora
es más grande que todas las muertes
busco el vaivén de mi yo en el barro
dispuesta a crearme nuevamente.
Un inevitable desfile de espejos
preguntarse hacia dónde, para qué
Ver en los ojos de las sombras
llorar o rabiar o enloquecer
de esa locura delicada
que busca etimologías y tatuajes
algo
que también revelen las líneas de la mano
la libertad pariendo llaves
amar y ser amada, amado
que duela y doler
creencias para escapar del olvido.
Cálculos, enumerando
para atornillarme en sus pistas
donde
cada cuenta, un pinchazo
cada resultado, una evidencia
mientras juego a las escondidas
como una sospechosa más,
fotogramas en el fondo del océano Atlántico
la película quedó cruda
y me gustaba tanto divertirme
la música todavía es una atrevida agridulce.
El viento noble da presión a la trinchera
se escupen palabras como quien escupe recuerdos
puedo con el riesgo de una nueva resurrección
y me exorcizo, en parte, al abrir los ojos
multitudes coquetean en mí
jinetes, jueces, avaros
hadas, unicornios, sirenas
en la osadía de mis espejos
en el humor de mi péndulo fanático
y no me arrepiento de los pasadizos
cuando mis paredes sangraron
porque fui amadora.
En el trastorno para inmolarse
donde las palabras dicen nada
y se gana en simetrías peligrosas
con lenguas para fundición
porque el fuego está muy alto
y las calaveras quieren más placer
eso es todo lo que nos ha quedado
huesos y calibres y rutas criminales
con climas que sepultan puntualidad
en estilos de mí misma cuando puedo besarte
con signo de interrogación.
No quiero más minas donde el carbón
irrite mi espalda y mi ternura
nunca encontré tus diamantes
sólo mis manos ajadas
adentrándome cada vez
en tu circo de cueva malparida
a cientos de kilómetros de tu expresión íntima
cavando para dar tierra a tus payasos
equilibristas sobre las pocas lámparas
contorsionistas se enroscan en mi pala
mi casco se pulveriza y escucho reír a los mimos
los escapistas se han ido a mi primera lágrima
el hombre-fuerza zozobra ante mi fe.
En tu circo de cueva malparida.
Joan Miró
Pateo mi voluntad inmadura
con mi vhs para pececitos que sueñan
en comidas indefensas
y luego abren la boca
para tragar lo filoso y el oxígeno,
me atrapo en mi sueño a ojos abiertos
junto a los peces
soy la Reina del Drama en la ciénaga
con un cetro que termina en una cruz pasional
y una corona de madera punzante y ambiciosa.
Sermón en la ciudad musculosa
prototipos de Inteligencia Artificial
que palpan humanidades,
se nace muchas veces
se muere muchas veces
para pastoreo de fantasmas corroídos
para alimento de palabras escritas,
mi cerebro se entretiene con las tretas
de lo incompleto
y siento envidia de los bosques.
Atrevida calzo en tu astilla
dejo el pasado a un lado de la cama
ahí donde tus sombras tienen dedos de cíclope
veo una figura en tu espejo
que devuelve una visión sombría
pero también un fuego primitivo
que incita a la pulsión
y quisiera caerme en tus dolores
dar frente a tu herida ancestral
sanarte lo que no puedo sanar en mí
fumar juntos
y reírnos, nada más.
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Una selva y un desierto en mi habitación
sin proverbios voy errante
sobre las venas de mi telar
a la noticia de reyes invertidos
que ocultan mensajes por debajo de la mesa
e instantáneas que dan mareo y nauseas,
no soy tan tonta
la inversión es una elección
que los comodines tienen en claro
pero ellos hacen reír
mientras que los otros hacen fastidiar,
muerdo los hilos
el tejido está listo
también mis animales.
Cumplen las novedades del presente
mira sonriente a hueso partido
la fiesta de mis sentidos chantajistas
tontos como la aguja que dejé en el pajar
cae la ficha y el Dominó hace su reacción en cadena
disparos blancos y negros en la madrugada
que pueden escribir y remontarse a una naturaleza
exclusiva para romper mi ropa y frotar mi cara contra el polvo,
dentro de mi cuerpo multipolar
el amor trastabilla con su Efecto Dominó.
Inflamación siendo una cosa
mi carne babea mi cetro y mi corona
y los MeGusta son mi salario
el buen gusto escapa hacia un vals lejano
y los coyotes se estrangulan al verme
conspirando pistas que ni siquiera lo son,
adolescente, jovencita, mujer
no es necesario el puntapié
has de tener dimensiones para inhalar y exhalar
pero la vigilancia a esas miradas te clavan débil
intentando hambre y cirugía, tal vez
adolescente, jovencita, mujer
también hombre
tu sensualidad refinada
tu sensibilidad de cisne
a veces echarán suertes con el fastidio y la dignidad.
Verde, amarillo
rojo:
el semáforo conmueve baldes y trapos
la electricidad gatilla en sus cuerpos flacos
enviones circulares para destrabar polvo y marcas
el detergente y su alarido
porque hay que ser veloz, agudo
y la esperanza tiene poco tiempo
el agua es pesada para quien se vende a sí mismo
con la dignidad de la cual no hablan
los dioses sin ojos
desde el cielo a la tierra
o desde la tierra al cielo
palpando autos
en monedas o billetes o en nada
secado exaltado porque las luces
están por picar
en amarillo, verde.
En mi contradicción escandalosa
habitada por salamandras
y criaturas del Dr. Frankestein
se confunden los amuletos
mi piel olvida límites
hombres y mujeres maniobran
con chucherías deslumbrantes que nunca quisieron
y ahora tienen,
resignificar al planeta Tierra
resignificar la historia
para recrearme a mí misma
pero las modas escupen contratos de fidelidad
para articulaciones afianzadas a artificios
mecánicos/inalámbricos
que les hacen perder memoria y voz. Identidad.
Tengo que calibrar las muecas del peligro
las rutas que separan países y cuerpos
mi mala compañía pierde vergüenza
y yo también
kilómetros se burlan de mi sonrisa agitada
proyectando cine mudo
y audaces los dedos para teclear y preguntarse
si los mensajes son
frutales o filosos para la rosa inquieta
con fotos que en su preámbulo nada dicen.
Atornillado por cartones
en un carruaje con caparazón de bolsa y fierro
como una hormiga creada por dioses sin ojos
dirección más que la tierra santificada
de cada supermercado
al auxilio, a la urgencia, de novedades
cajas de cartón
la espalda se encorva presumida por el carro
el peso es conquistador, arrogante
y va despacio inhalando humo de autos
en una ciudad que tiene dientes al dente
para negar lo que le conviene
y morder cuando calzamos en su lista negra.
La soga quemada
intravenosas para negar
-me-
cuando es la tarde
y salto de muralla en muralla
viva de soledad
arriesgada de presente
que me mira con ojos gruesos
y la boca silenciada
pero mis naipes son ágiles
escalan hasta mis manos
y el espejo vuelve a claridad
a mi pulso de brújula impulsiva.
Me respiró una luna sospechosa
mi seguridad hacía compra-venta
con el futuro y el pasado
mi cuerpo se astilló
Dios vio todo con un solo ojo
el diablo, con tres
sería él quien festejaba
mi insomnio y el recuerdo,
los cigarros parecen tan cortos.
Filas como lenguas serpentosas
suspirando el colectivo
para después el tren
y otro colectivo
párpados que declaran el cansancio o el sueño
obreros:
si ustedes aprietan el puño
el mundo detiene sus mansiones y castillos de lucha
concebidas en vientres de vapor
propietarios de máquinas a filo de hierro
de noche perpetuada en sus mesas donde comen
su fuerza, obreros
pero cuando cierren los puños y los levanten
las Señoritas y los Señoritos se consagrarán al salmo berreta del escape
nadie sabrá para qué lado mirar
salvo algunos
los edificios con ojos cuadrados
engülliran sus propios vidrios y columnas
nadie más verá su inyección de promesas chispeantes.
Amarrada a mis ojos grandes
que orbitan lunas
congeladas
con aliento a sonámbula
intermitente
las sombras hacen
contrabando con mi espíritu
los espejos se
revuelven en bajada
una lechuza corrompida
hace contratos
esta noche
cuando apenas soy
un pijama y un pullover roto
que putean desde
la noteboock
y no entiendo
demasiado qué es real
y qué no
pero es real
que ya es domingo
y la tristeza ya
es un sin suerte
un sin oxígeno.
Seguís tocando la misma inyección
pero vas afinando los resultados
tenés a tu Super
Héroe
el Hijo Goloso
-muy goloso-
festejando a
sus actores y actrices de tv
que
sólo saben tirar
confites y guirnaldas
para picar
las danzas
sumisas y el paso apretado
son mis
hermanos quienes bailan
en la autopista
de tus piñatas sombrías
-de norte a
sur-
sin ajo en los
bolsillos
con músculos caramelizados
para olvidar su
angustia.
Hoy tengo los dientes furiosos y poseídos
tu distracción es una lanza para desdibujar formas
sonidos
en horabuena
soy la perra ladrando a desconocidos
desaforada persigo autos y sueños
por una calle zigzaguante
que promete más escándalo
y menos fe,
intento divertirme conmigo misma
pero el peligro tiene poca gracia
y mi pulso -aún- comienza con tu credo
y tu cuerpo cerrado.
La noche se abre como una Mamba Negra
y algo, alguien, intenta burlarme
pero no seremos vecinos, adeptos, amigos
porque la ceniza no llega a ceniza
sino a tierra aguada en sangre,
reptando por la energía que dejaste
alimentándome de mi propio ritmo
sabiendo de mis colmillos
y su veneno inútil que se divulga
en caminos donde fuiste el horror
con el coraje de un orador mudo
y correos que alcanzan para una medida de vodka.
La noche se cierra como una Mamba Negra.
Obra de Alica Sánchez Ramos
En el vals de los lobos
mis venas coquetean con un hombre
de guantes
noche y día dan igual
hace bastante que no cambiamos el pelaje
tu visión es ágil para espectros que salen bien en las fotos
y la mía tiene el color de lo que no se pudo ni se puede
la música promete su pausa
y siempre supe que tenía poco tiempo
vocecitas de entonación gutural dicen imbécil
y otra vez, en el pantano
aullando
pariendo una luna que solamente yo puedo ver.
Tu desentierro es una muñeca de porcelana
que cierra y abre los ojos
por un botón en la espalda
cómoda en tu capital
ríe sola todo el tiempo
sube y baja las escaleras de tu salón de juegos
hasta que mi rayo
-ungido de aceite-
los quiebre en mil pedazos,
en mi cuerpo el sonido es un zumbido
apenas puedo con mi saliva
será que no tengo sangre de orquesta
sino de vagabunda silenciosa.
En tu capital.
Mi cuerpo habla sin que lo puedas escuchar
no hay subtitulado
para no desanimar mi desorden
en cada parpadeo gana la esquina de tu falta
soy un remitente flaco y débil
pierdo los pies en el humo de tu ciudad santa
las manos se me dislocan y caen en los semáforos
zombies cine b hacen malabares con ellas.
Una película muda
con kilómetros de cinta de cine
que se ríe en nuestras caras
y derrocha paciencia y ambición
con vestuario en un cajón inaccesible
escenografía de Salamone
guión y dirección de Buster Keaton
la cinta traba los libretos
alienta las carreras y las escondidas
inflama mis gestos
e insinúa hilos de seda
nos quedan
solamente
nuestros intertítulos lunáticos
a cuerpo de redes de plata
música para hechizar perlas y chalecos ajustados
impulsos en blanco y negro.
De salto en largo en salto en largo
en una ciudad que los dioses ya no visitan
los peces tienen el mismo gran tamaño
sus risas son quejidos de estatuas de sal
sostenidas en un charco infame
que se entretiene gritando las novedades
de cuervos pintados de blanco
en las ferias oficiales,
de salto en largo en salto en largo
para no mojarme
con esas pantallas y espejos enmohecidos
que tratan de adaptarme cuando llego a superficie.
Pintura de Tomori Dodge
Me traicionan los cementerios
el olvido no desune nada
sólo mis delirios
que intentan pararse
escribiendo algún sueño forastero
cuando la madrugada
en suicidios a esta hora,
busco jugadas para emanciparme
de los silencios que electrifican y pervierten
nada es lo que parece
o parece que no hay nada
quizá castillos de naipes a punto de soplido
con profecías para enhebrar lo negado y repetido.
Obra de Fernanda Brandáo
Cuando él se traba en mis entonaciones
no hay muerte ni vida que valgan
despacio por un camino inexperto
pero exagerado de calor y de sentido
destino marcial cuando necesito inspirarme
en algo, en alguien
es domingo
la soledad pisa talones.
Miro a ambos lados de tu calle
desértica y congelada
no veo cruzar ningún delirio ni valentía
en mi emoción tu mundo cae
y se levanta como un nosferatu
malvado y de pocas palabras
capaz de morder a mi multitud
el sol estruja la expectativa
no soy inocente
lo tapo con la mano
pero las horas
expulsan versiones de mí misma
cuando no estás,
el día soleado se burla de la sentencia.
Libreto para la apuesta mundial:
seamos cosas
sin rabia, pues ya he hemos sido vacunados
con años de miedo, que se mantiene fresco y jugoso
con modas clase B en cada núcleo atómico
con pantallas cuyo olor a cloaca no puede sentirse
con historias malparidas en bocas aristocráticas
con alquileres donde pueda mirarse desde afuera el gym
con ser lo que se tiene y tener para ser.
Libreto: manitos arriba
mientras las manos se cortan por cemento, por tela, por plástico
-trabajadoras y trabajadores gritando-.
La liberación será cuando el pan y el vino se multipliquen.
Berni