El faro

Mis pastillas se desquician con facilidad

igual que mis amores

como una rueda sobre el mar

de una playa

con pies de hotel desordenado en mi ternura

el prisionero es, en verdad, mi prisión en un faro

y aunque mi magia sea de barro

no evita escaleras prohibidas

libros secretos, amargos

tan sólo entradas

para los espíritus salvajes

que suelen naufragar junto conmigo.