Empezás y terminás y empezás en mí
mientras cae la lluvia animal
con un revólver exacto
para las manos del hombre derramado
en palabras tontas y afiladas
que no vio copas ni golpes de suerte
los ojos deslumbrantes y nocturnos
saben que ya no tengo licor ni mercurio
tampoco atajos ni rutas con gemas preciosas
todo parece, a veces, pausado
salvo la memoria
y la soledad que juega con mi humanidad.