La trinchera hace negocios con mi luto
se agravan los recuerdos
anuncia el trueno las fracturas
mi emoción traba piernas y manos
un hilo negro serpentea y ruge,
pateabas el tablero sin extinguirte
declarabas a los profetas
y delatabas a los no muertos
hacías muecas al trastorno citadino,
en tu Jesucito, hogar de la rebeldía,
aceleraste mi semilla
con tu pulsación hirviente.