Me invento descalza en un castillo de naipes
en un reloj de arena
en ir al encuentro de no sé qué
maniobras agridulces que me dicen tonta
mi cuerpo tiene las cicatrices de quien amó demasiado
creo que mis licores y cigarros dan algo de mi destino
una flor se abre y otra muere y otra se abre
regeneración de mis pupilas sentimentales
saben que un abanico flaco es suficiente
-el castillo de naipes es caliente y anémico-
mejor será divertirme esta noche
con la sangre bien revuelta.
Fotografía de Chema Madoz