Puedo palpar mi fragilidad
repitiendo los mismos libretos de siempre
para insistir en el teatro criminal
y el mundo me duele tanto como me duelen los talones
después de la procesión de mis muertos repetidos
y el desentierro del diablo no me dio miedo
porque cuando las sombras se levantan
para penetrar o parirme
tengo en fe en mis cuadernos de puta y puritana.
Obra de Honor Daumier