En la hora prohibida, intrusa y tonta
una reina invertida está pariendo fugitivos
que no se animan a la hoguera ni al poema
porque están comiendo su propia mierda
vuelan, a veces, como buitres de panza cuadrada
y mastican todo lo que sueña y desafía
sigilosos insisten en alquileres donde
-como herederos de la Cosa- cobran la renta
excitando, ranciamente, privación y basura
con respuestas que gatillan la belleza
quizá
es la sátira de quienes no saben qué decir.
Obra de Marnie Arte