En el trastorno para inmolarse
donde las palabras dicen nada
y se gana en simetrías peligrosas
con lenguas para fundición
porque el fuego está muy alto
y las calaveras quieren más placer
eso es todo lo que nos ha quedado
huesos y calibres y rutas criminales
con climas que sepultan puntualidad
en estilos de mí misma cuando puedo besarte
con signo de interrogación.
Carta VI El Enamorado