Miro a ambos lados de tu calle
desértica y congelada
no veo cruzar ningún delirio ni valentía
en mi emoción tu mundo cae
y se levanta como un nosferatu
malvado y de pocas palabras
capaz de morder a mi multitud
el sol estruja la expectativa
no soy inocente
lo tapo con la mano
pero las horas
expulsan versiones de mí misma
cuando no estás,
el día soleado se burla de la sentencia.
Herzog