Las horas se reúnen criminales
en la indecencia de fotogramas maldecidos
verano e invierno dan lo mismo
un fusil crecido de memoria
una petaca de licor para alejar a los espíritus
intento con la suerte de mis piernas
pero mi embestida tiene hambre y sed
y nada frena el recuerdo
el por qué
el para qué
el finalmente.