Aún veo el vals en tus ojos
como un símbolo reacio a abrirse
te ofrezco mi grito naciente
la buena estrella de mis ancestros
mi callejón donde nadie opinará
está debajo de la tierra
donde mis raíces narran destino
y caídas
círculos que se muerden entre sí
con la boca agridulce
a veces sangran.
Kandinsky